02 agosto 2010

GPSS en letras

FUNDAMENTACIÓN DEL ESPACIO DE LO SOCIO-SANITARIO

AUTOR: Lic. Roberto Orden, Psicologo, Coordinador Modulo de Gerontologia Integral y Critica, Gestion de Politicas Socio sanitarias, Convenio ATE/MS

Desde nuestro lugar como trabajadores de la salud venimos advirtiendo desde hace años sobre la insuficiencia teórico y conceptual del uso frecuente de categorías de análisis en el campo de las políticas sociales y sanitarias. Su recurrencia no ha tenido que ver con meras razones académicas ni científicas sino con una clara “complicidad” respecto de un estado de cosas por parte de dispositivos científicos, académicos, pedagógicos, sindicales, estatales y empresariales. La falta de actualización y la persistencia de dichas categorías de sesgo “elementalista” ha conducido históricamente a la construcción de diagnósticos de base simplista, los que a su vez dieron pie a intervenciones fragmentarias e insuficientes para incidir en el campo complejo conformado por los procesos de salud-enfermedad-atención-cuidados. Por otra parte muchos de los interesantes diagnósticos emergentes de sectores críticos y contestatarios académicos y políticos tampoco pudieron erigirse como “mutaciones viables” en el devenir de la historia sanitaria argentina. A esto último poco ha servido la prolija y obsesiva descripción taxonómica de los problemas sanitarios y sociales de nuestras comunidades si al mismo tiempo no pudieron converger trabajadores profesionales y no profesionales y distintas organizaciones que tuvieran la posibilidad cierta, de desarrollar estrategias de intervención sobre los problemas detectados en estos campos. El llamado “espacio sociosanitario” recientemente descubierto en los escritos sanitarios (sobre todos europeos) no representa desde nuestra “situación” un nuevo “artefacto terminológico” para debatir en los salones y las universidades con la Derecha de la Medicina. Más que conceptualizar y retener nuevas palabras estamos en la obligación de “recordar” su uso. La importancia de la memoria La salud ha ido perdiendo en el curso de los años y por imperativos políticos, económicos e ideológicos la dimensión de integralidad y continuidad que conllevó en sus orígenes. Su paulatina disociación y fragmentación más que con el avance de las innovaciones científico-tecnológicas tuvo que ver con estrategias ceñidas a afianzar y extender el acceso inequitativo de bienes (prestaciones y servicios) en el mercado. Las estrategias de poder desplegadas por el capitalismo y recientemente por el neoliberalismo para someter a los sectores populares no solo han logrado fácticamente, disociar el campo de las prestaciones sanitarias y sociales sino que además consiguieron su mayor y más perdurable éxito al inducir que los sectores excluidos del festín sanitario ACEPTEN COMO NORMAL DICHA DISOCIACIÓN, la que atenta contra su misma humanidad… En esa importante Cruzada Cultural han participado distintos dispositivos de pretendido corte científico-tecnológico, los laboratorios de empresas medicinales y todos aquellos intermediarios culturales provenientes de distintos sectores de la sociedad (organizaciones gremiales amarillas, medios de difusión, oficinas y organismos de ayuda internacional, etc.) Lo socio-sanitario plantea también el desafío práctico de incluir la temática del poder no solo como un ente-objeto sino en sus múltiples dimensiones y facetas operantes en todos los momentos de la gestión (planificación, ejecución y evaluación) de programas sociales y sanitarios. Si los trabajadores venimos perdiendo esta pelea cultural, debemos comprender que dicha derrota no solo tiene que ver con la “capacidad de fuego de nuestros poderosos contendientes” sino con nuestro olvido de las ricas tradiciones sanitarias que recalan en las figuras emblemáticas de Juan B Justo, Ramón Carrillo y Arturo Oñativia y muchos otros esfuerzos de miles de compañeros con rostros anónimos jugados en favor de la salud pública y de la salud de los trabajadores. La Central de Trabajadores Argentinos tiene un antecedente histórico en la postura combativa de la CGT de los Argentinos, que no cedió ante la pretensiones dictatoriales de la época, las que querían subsumir a los trabajadores en las simples discusiones salariales poniéndolos como “convidados de piedra” ante los debates de todos los temas propios de la política nacional. El Compañero Carlos Casinelli aparece como un referente inobjetable desde las entrañas de la CTA, como crítico de toda discusión de política sanitaria que no incluya las opiniones e intereses de los trabajadores organizados, pudiendo recordarlo todavía en toda marcha, foro o evento desde donde se defendieran los planteos de la salud pública y la medicina social. Por lo expuesto la memoria activa juega un rol preponderante en la visibilización del espacio socio-sanitario y en el reconocimiento de una identidad popular. Así como sostenemos que no puede haber estrategia sin memoria y que nuestra RE-CONSTRUCCION no puede partir de meras abstracciones teóricas leídas de un modo acrítico, también creemos que el camino no es el de la NOSTALGIA ni del eterno retorno a lo que no terminó de ser… Buscar los orígenes de las luchas y los modos de construcción en el campo de la salud nos puede facilitar la posibilidad de crear otros escenarios generando otro tiempo que nos ubique como sujetos y que dispute la temporalidad planteada por un sistema que convalida en cada uno de sus actos la desigualdad social ante la enfermedad y la muerte. La batalla cultural En este camino nuestro primer paso es la “denuncia” de la ceguera que proponen los poderosos ante la mortalidad infantil, el hambre y las condiciones generadoras de la pobreza, el ensañamiento al mostrar que los pobres son los causantes de la violencia, las muertes causadas por los abortos clandestinos, la mafia de los medicamentos “legales” que financia muchos sectores de la política oficial y toda una enorme cantidad de crímenes y vejámenes que no aparecen en las agendas de las políticas públicas. En su casi totalidad el sistema político instituido esta privado de encontrar las soluciones para todos estos problemas razón por la cual la organización de los trabajadores no puede tener una participación cortesana en el gobierno de turno, debiendo anteponer los intereses colectivos a todo lastre de vocación corporativa. Nuestra defensa de lo socio-sanitario parte conceptual e ideológicamente de un idea de totalidad y de complejidad, en términos de territorios donde no se dan discontinuidades entre las condiciones de vida y las situaciones sanitarias, existiendo entre ambas una relación dialéctica de causalidad y condicionamiento de doble vía. Como trabajadores organizados incluimos la discusión del Poder en todos nuestros análisis y estamos advertidos en ese sentido, que no procuramos solamente una redistribución equitativa de los fondos sociales porque dicha supuesta salida sería un engaño si al mismo tiempo no procuramos un nuevo sujeto con una conciencia solidaria y profundamente humanista. El parlamento de lo SOCIO-SANITARIO pone sobre el tapete el tema de los problemas sociales y sanitarios de los sectores postergados, allí donde el sistema ha tratado de considerarlos de modo aislado, a fin de no resolverlos en sus aspectos explicativos. En ese sentido obra como un gran atractor para redireccionar la discusión en los términos que interesan a los trabajadores en actividad, jubilados, desocupados y minorías postergadas y también para acumular LA MASA CRÍTICA necesaria para hacer viables los planteos . Defender y agendar lo socio-sanitario implica un desplazamiento de ciento ochenta grados pasando del programa social para pobres, del consultorio y la vacuna en la salita a los ámbitos donde las personas nacen, viven, se educan, trabajan, defienden sus derechos, profesan sus credos y finalmente van a morir… Nos toca realizar el esfuerzo por visualizar todos aquellos “nudos críticos” sobre los cuales debemos concentrar nuestros esfuerzos para conceptualizar los problemas, los principios sustentadores de nuestras prácticas y los ámbitos de intervención necesarios, muchos de lo cuales demandan de la generación de dispositivos novedosos y en ocasiones audaces. Principios orientativos para una gestión sociosanitaria 1. A pesar el carácter sectorial de muchas de las acciones, se debe procurar su organización a partir de una CONCEPCION INTEGRAL de la sociedad, que brinde a cada uno de las personas los medios necesarios para su mayor y mejor desarrollo personal, a través de la NECESARIA ARTICULACIÓN entre PROGRAMAS Y RECURSOS SOCIALES Y SANITARIOS 2. También debe ser integral la consideración de las personas, individuos únicos e inseparables de sus circunstancias, y no expresiones indiferenciadas de casos. Esta perspectiva exige la articulación, en un modelo de atención organizado, diversificado, coordinado y accesible con las medidas y dispositivos necesarios para garantizar la adecuada calidad de vida y exige asimismo la elaboración de programas personalizados de atención que permitan el aprovechamiento de los recursos formales (institucionales) e informales (de raíz comunitaria). 3. En el ámbito de la vida cotidiana se debe facilitar al máximo posible el ejercicio de los derechos ciudadanos 4. El uso de recursos y herramientas enmarcados en la EPIDEMIOLOGÍA CRÌTICA Y PARTICIPATIVA, cuestionado las explicaciones de sesgo positivista y el concepto normativo de predicción, con la inclusión de dimensiones de análisis socio-culturales 5. El PLANEAMIENTO ESTRATÉGICO de las acciones y programas con el uso de distintas herramientas y recursos entre otros: la DELIMITACIÓN DE LOS PUNTOS CRÍTICOS, que representan aquellos aspectos que situacionalmente pueden abordarse para declarar un problema como EVITABLE y LA TRANSFORMACIÓN DE SUJETOS CAÓTICOS EN SUJETOS “ORGANIZADOS” ,dado que a la viabilidad técnica, política y económica del proyecto debe sumarse la GENERACIÓN DE PODER ORGANIZACIONAL para concretarlo 6. La ADECUACIÓN DE LOS RECURSOS A LOS USUARIOS como garantía para la eficacia, efectividad y equidad de las prácticas 7. La consideración de Los RECURSOS HUMANOS como elemento NUCLEAR en una política socio-sanitaria, como CONDICIÓN para el recupero del HUMANISMO. Dicha política debe descansar sobre el trípode de la participación, la capacitación y la progresiva implicación de los trabajadores. 8. La FLEXIBILIDAD como criterio superador de falsas antinomias entre asistencialismo versus promoción o entre programas focales versus programas poblacionales. 9. La atención PERSONALIZADA Y CONTINUA con la presencia progresiva de una red de recursos promocionales y prestacionales en consonancia con las diferentes demandas evidenciadas entre la población 10. La CONSIDERACIÓN ESPECIAL DEL FENÓMENO DE LA POBREZA, con la caracterización de su incidencia creciente y el posterior planeamiento de medidas que garanticen la intervención adecuada y equitativa acorde con las características de cada situación compulsada 11. La instalación de una cultura evaluativa que supere los tradicionales lastres del “control” e instituya el concepto de la mejora participada y disponga de sistemas de información accesibles a todos los niveles y con amplia capacidad para registrar los cambios situacionales 12. La generación de nuevos dispositivos organizacionales acordes con los postulados propuestos, articulando servicios y prestaciones sociales y sanitarios, con la integración paritaria de trabajadores, funcionarios y miembros de la comunidad Nuestras intervenciones han de procurar la transformación y por ello no desmerecen los avances científicos, las innovaciones ni las investigaciones, pero tampoco deben absolutizar ni autonomizar las capacidades técnicas , por el contrario estamos advertidos de las formas de reproducción social por las cuales los mismos trabajadores terminan parafraseando las inequidades del ambiente circundante, en ocasiones por temor a contrariar los discursos dominantes y en otras por hacerse participes de las seducciones y beneficios del poder. Otros aspectos para visibilizar nuestro planteo A esta altura del presente escrito nos toca sumar, entonces, una serie de elementos que enriquezcan y hagan comprensible el espacio de lo “socio-sanitario” Desde nuestra perspectiva defender lo socio-sanitario, también implica: • El desempeño democrático de las instituciones sanitarias y sociales • La generación de ambientes dialógicos y democráticos en pos del logro de los mejores resultados de las acciones y de la extensión de sus coberturas útiles. • La necesidad de extremar los procedimientos institucionales en pos de favorecer cometidos vinculantes entre los distintos actores sociales abocados a esta problemática • La inclusión en los debates de aquellas mejoras e innovaciones cuyo postergada implementación ha generado nuevas y costosas exclusiones. • La voluntad de visibilizar e intervenir ante las desigualdades sociales existentes... • Una clara convicción que no alcanza con reconocer que estamos mal si no se avanza colectiva y organizadamente en la construcción de aquellas soluciones que urgen ser asumidas Las actuales discusiones sobre la redistribución del ingreso, la movilidad de los haberes jubilatorios, la inseguridad urbana y doméstica y la re-fundación programática de los Organismos Sociales y Sanitarios operan como Deudas Sociales Pendientes de saldar Para el abordaje de dichas problemáticas complejas, no queda entonces espacio alguno para la continuidad de planteos de tradición ocultista y/o segregadora sustentados por sectores de interés desligados de las necesidades colectivas Los nuevos espacios abiertos en y “por” la comunidad demandan calidad, integralidad, seriedad, compromiso y también pasión por parte de todos aquellos que auspiciamos una sociedad incluyente y un destino de ciudadanía para los actuales y futuros argentinos. En todos estos sentidos la Asociación de Trabajadores del Estado se erige como uno de los actores OBLIGADOS a participar de dicha discusión, actuando a modo de Catalizador Social para diversificar y también democratizar la búsqueda de soluciones sustentables que expresen a las grandes mayorías. Nos planteamos como un sujeto que nunca es individual. con una triple cosmovisión: técnica, política y con una fuerte implicación y compromiso con su tiempo y ambiente social Lo socio-sanitario nos procura múltiples respuestas ante nuestras constantes y renovadas preguntas sobre LOS PARA QUÉ de nuestras prácticas…

Roberto Orden

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